martes, 15 de septiembre de 2009

Lila, en la mirada de los otros* cap. III



Hoy salió temprano, caminó decidida por la calle sombreada de tilos. Llevaba un vestido vaporoso de malvas y lavandas.
Yo la seguí. Ya no me importó que me viera. A las pocas cuadras dobló hacia el mar. La sal le enroscó sus malvas y lavandas y la acompañó en el camino.
Yo esperé las horas enteras sostenido por una taza de té.
Por sobre mi taza de té la vi cruzar la calle hacia mí, y la reconocí en sus ojos.
Era Lila.
Pasó a mi lado sin verme.
Amada Lila.

foto* Berenika