martes, 30 de junio de 2009

Tanka VIII



El viento bate
mi ventana cerrada,
las gotas cantan
allá afuera en el patio.
Mi jazmín es la noche.


pintura* Falling water, Kan Kit-keung-tinta sobre papel.



viernes, 26 de junio de 2009

Angela


Cuando llegué con mis padres a vivir a la pequeña casa entre pinos y violetas, Ángela ya tenía el pelo plateado. Fuimos sus primeros vecinos, y ella fue la primera amiga de mi madre en el pueblo que creció junto con nosotros. La visitamos todos los finales de tarde de ese primer verano fulgurante, y lo seguimos haciendo casi a diario por el resto de su vida.Con el paso de los años, Ángela se convirtió en mi abuela por elección, y finalmente en mi amiga.
Su casa era vieja y sombreada, con el frente tapizado de hiedras y la galería estallando en todos los jazmines del mundo, que marcaron a fuego mi alma de niña acuática. Pero lo mejor de la casa era su cocina, habitada por luces felices. En ella Ángela me enseñó que el mal humor se esfumaba perfumándome de budines de vainilla y limón, que la tristeza se curaba con pócimas de chocolate, que las nubes de merengue eran las mejores para refrescar los atardeceres de verano, y que las grandes tazas de café humeante eran una compañera más en las tardes desapacibles de invierno.
En esa cocina Ángela tenía una alacena mágica. Al abrirla salían de ella azules platos de Inglaterra, pequeñas tacitas de la China y brillantes frascos de mermeladas de naranjas y ciruelas, que besaban mi boca convirtiéndola en sonrisa.
Cuando Ángela se fue, muchos años más tarde, no hubo lágrimas. Ella había instalado su sonora risa de campana en los corazones y en el aire.


foto* Anabella González


martes, 23 de junio de 2009

#


Qué diferencia
hay
entre mi canto
y
el sonido del viento
en al alba?

Qué diferencia
hay
entre mi canto
y
el aullido de los lobos
en la noche?



foto* Berenika


viernes, 19 de junio de 2009

Ra-yue-la


su
recuerdo
es el
que
me acecha
saltando
de
estrella
en
estrella

son
de tiza
mis
dedos
que dibujan
memorias
de
vereda
en

vereda


Son estaciones mis ojos en espera.
(Como Tierra y Cielo en la rayuela)



foto* Celes



martes, 16 de junio de 2009

Significante




Un día decidió volver. Así, sin más. Cerró la casa y salió, sólo llevando lo puesto. Caminó por las calles baldías del pueblo y llegó al páramo. Tardó en cruzarlo incontables días y noches, hasta encontrar el río azul y fragante en un amanecer polvoriento. Para entonces ya casi no recordaba desde dónde había partido. Bordeó el curso del río, subiéndolo hacia el poniente. Para éso tardó tantos días y tantas noches, como tantos días y tantas noches tragarían sucesivos solsticios y equinoccios. En este punto ya no sabía cuál era el tiempo del sueño o de la vigilia, y hasta había olvidado el hambre. Cuando el río se abrió en una salitrosa y sórdida laguna amarilla desvió sus pasos hacia los pastizales, y desde allí subió la sierra con la guía de las estrellas y descendió al valle con la luz del sol. Para entonces, además del olvido del hambre, ya no sentía ni calor ni frío, ni dolor en la árida piel de los pies. Ya no recordaba cuántos pájaros habían cruzado los cielos, cuántos animales se habían agazapado en el camino y cuántos hombres y mujeres habían vuelto la cabeza a su paso. Tampoco sabía, ya, de qué color habían sido sus ropas ni cuál había sido el largo de su pelo. Sólo recordaba el significado de ciertas palabras.
Cuando entró a la ciudad amurallada de colinas y sauces, el sol reventaba en el oeste. Saludó a las gentes con las que se cruzaba, obteniendo por respuesta miradas con el silencio de lo extraño. Nadie comprendía su voz ni su significado.
Al llegar a la plaza sólo una persona vibró ante su fosforescencia y admiró el color de té que había adquirido su piel en los años de camino. Sólo una persona comprendió su lenguaje. Sólo una persona había estado esperando.


pintura* Reunión de soles-Vico Gonz (técnica mixta)



viernes, 12 de junio de 2009

Luz de invierno


tengo en mis ojos los sonidos del recuerdo, las huellas de los pasos que pisaron el camino, vibraciones solares en tardes secretas
la niebla en las calles
el humo en los labios
el encuentro en las violetas
la caricia de los gatos
los besos escondidos
los libros en la casa
la casa en un libro
la sangre en vuelo
la vida en río
el tiempo bifurcado
el futuro en confluencia
los aromas en la mano.


pintura* Summer Sunshine- Yang Yangping (acuarela en papel de arroz)


martes, 9 de junio de 2009

Ausencia




busco y rebusco muy en el fondo en mis oídos el sonido la causa la razón la visión
las algas enroscan mi aire lo atrapan lo prensan
mi alma estalla mi pensamiento grita mis ojos revelan un dibujo innecesario
mi sinrazón busca el color busca la palabra
no sé
no sé

(no la sé)
(no la sé)


pintura* Marc Rothko-Green on Blue




viernes, 5 de junio de 2009

Voy a

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un ratito de mí se vuelaen

esashojas
doradas delálamo
un ratito de mí se
quedatrás
de la calle que transito
un ratito de mí
vahaciadelante
un ratito de mí será feliz
másallá
de
esos
árboles
`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´
`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´`´




miércoles, 3 de junio de 2009

lunes, 1 de junio de 2009

La Posta


Mientras camino el pasillo escucho alejarse la voz de mamá ¡nena! Abro la última puerta ¡¿a dónde vas?!, la tarde me espera en la calle. La calle, ese universo limitado, que podría dejar de serlo si ella no estuviera tan cómoda ahí, en su tibio capullo poco más que semilla; si se atreviese, si me atreviese, a romper la piedra y nacer en colorido llanto, a asomar mis sienes al frío de la gubia y transformarla en pincel, en suave pincel que tocara mis dientes afilados de animal agazapado y pintara mi boca desvelada de colores plenos, para no temerle al sueño, para que la niña brotase, para que yo brotase, por fin, al arte, a mi no materia, al ser develado.
Avanzo la calle apurada, no quiero más voces que aten mis ojos hastiados de ellos, mis oídos que presienten el mar al que me acerco.
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La veo en la orilla. Tiene el pelo suelto y dibuja un punto con su pie en la arena. Me pregunto si sabrá quien soy. Me pregunto si la reconoceré.
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foto* Berenika



Santiago del Río inició "La Posta". Le propuso a Guille la continuación del relato. Él debería pasar "La Posta" a quien le interesara la propuesta y continuara así la escritura de una gran novela.Así llegó hasta mí, y yo se la entrego a CeLeS.

Para leer las partes I y II de la novela, hacer click en los nombres de Santiago y Guille, arriba enlazados.