lunes, 21 de septiembre de 2009

Lila, en la mirada de los otros* cap. IV



Hoy Lila vino con una gato a casa. Milton, lo llamó. Ella sigue hablando. Parece que alguien la acompaña. Milton vio mi ojo en la pared. Se acercó y maulló. Yo quedé inmóvil, para no hacer el mínimo ruido y delatarme. El gato insistió con sus maullidos. Lila se acercó a la pared y mi corazón de desbocó, galopó salvaje por prados azules y golpeó con fuerza contra su perfume de vainilla y de limón. Giré y pegué mi espalda a la pared, justo en el instante en que la miel del ojo, el de Lila, se escurría por el hueco en los ladrillos.

Basta Milton! No ves? No hay nada ahí!
Ay su voz! Esa voz que siempre levantó olas en mi pecho!
Ya voy, amor! Estoy yendo!
Y su voz se alejó con el gato en brazos.
No era a mí a quien hablaba.


foto* Berenika