no sé por qué estoy mirando esta foto. en ella estamos mi madre y yo.
no sé por qué doy vuelta la foto y leo en su reverso una fecha escrita por mí: la del día de mi décimo cumpleaños.
mi madre y yo en la distancia. mi madre con treinta años y un peinado a la moda y sus manos cruzadas hacia adelante sosteniendo algo que no logro distinguir. mi madre con treinta años y su mirada baja y una sonrisa que es apenas un esbozo.
yo estoy a su lado y tengo casi su altura. sonrío a la cámara provocándola con mis diez años ya adolescentes y mi melena corta y enrulada.
mi madre y yo llevamos vestidos parecidos, livianos, sin mangas; lazo en la cintura el de ella, cinturón en la cadera el mío. no recuerdo el color de su vestido. el mío era de cuadros pequeños blancos y azules.
detrás nuestro se extiende el jardín, que reconozco voluptuoso de verano. sé que allá atrás está el jazminero, aunque no se lo vea en la foto.
nos rodea un anillo de luz, nacido del tiempo o de una mala toma.
recuerdo que fue mi padre quien sacó la foto.
no recuerdo si ese día vinieron los primos o solamente las amigas.
no recuerdo si mi madre estaba (era?) feliz.
no sé por qué estoy mirando esta foto, no sé por qué la encontré en el fondo de este cajón si lo que yo buscaba era otra cosa.
Lila guardó lo que buscaba en su bolso que cruzó en bandolera y salió.
la foto voló hacia el fondo del cajón*