martes, 9 de diciembre de 2008

Cuadros dentro de cuadro



..........................................................cualquier parecido con Fernando R....


Hace más o menos diez años, un amigo, R, me regaló este cuadro. El día que entré a su casa lo estaba terminando, sobre papel, y con acuarelas. Quedé maravillada frente a él. En ese momento yo estaba leyendo un libro de Gao Xingjiang, y empezaba un capítulo que describía el patio en el que el protagonista había jugado siendo niño. Ésto, sumado a mi cierta obsesión por los patios, cerraban el círculo. Le ofrecí a R comprárselo, cosa que me negó, ya que él, dijo, no vendía sus pinturas, eran puro pasatiempo, no vivía de éso.
En efecto, ahí quedó la cosa, no sin antes preguntarme, (R), porqué me gustaba tanto, si él tenía cuadros mejores. Le respondí que el patio de mi casa, que el libro que leía, que en mi casa había un naranjo... Pero, en realidad, lo que más me atraía, le dije después de un rato de charla, era la puerta que cerraba (o abría) el patio. Y qué pensás que hay detrás, preguntó mi amigo. No sé, respondí, es lo que quiero saber. Él tampoco lo sabía, dijo, es más, ni siquiera lo había pensado cuando puso allí esa puerta.
Días después, en manos de otra amiga,me llegó de regalo la pintura. Estuvo mucho tiempo guardada, esperando por un marco, hasta que decidí colgarla así, tal como es, en una pared de mi cuarto. No es una pared central, es casi un rinconcito, pero desde allí la veo cada vez que paso.
Hace muy poco tiempo, una amiga, R, pintó un patio parecido para ilustrar un capítulo de la novela que escribía. Nunca le pregunté si algo tenía que ver mi cuadro, pero ella , R, puso a su pequeña Lola sobre baldosas blancas y azules.
Pero, al margen de todas estas coincidencias, cada vez que lo miro, no dejo de preguntarme quién habrá volcado la cesta de las naranjas, y qué habrá detrás de la puerta verde y algo herrumbrada.