La pared estalló una tarde de mayo enloquecida de besos y flores (la sombra caminaba por el patio hacia la casa, la pared encendida la miró pasar).
Vi de lejos el estallido y me acerqué, lentamente, atraída por los olores verdes y rojos, sensuales olores de la tierra y el aire.
Alguien, detrás de la puerta azul, me esperaba*