Lila despertó de una noche de malos sueños. Desde hacía días el recuerdo de la mujer lunar se desvanecía. Aunque viajaba en el mismo colectivo todas las mañanas, ya nunca la encontró. Y tampoco sus mañanas eran amarillas. Se esforzaba por recobrar el aroma de canela que la había acompañado durante un tiempo, y siempre caminaba mirando al cielo, buscando los pájaros que también habían dejado de seguirla.
Ese día, fueron los malos sueños los que la acompañaron. Amantes persistentes, incansables, la rondaron todas las horas, regalándole tristeza. Lila se había perdido.
Extasiada en su dolor, vagó por su casa abandonada, abriendo recuerdos y cerrando ventanas, provocando incendios sobre páginas amadas y lloviendo el patio con su llanto inacabable. Desaparecieron las casas vecinas, las calles escarchadas de sol; desapareció la ciudad toda.Sobre el final, Lila sintió un roce en su hombro y las campanas de una voz de niña. Lila había desaparecido. Sólo quedaba de ella el aroma de jazmín y un suave, débil aleteo de pétalos que siguieron su sombra y se acostaron en su cama.
Fue entonces cuando llegaron.
Un rumor de voces elevó los pétalos, cerró los recuerdos y abrió las ventanas. Fueron las voces las que trajeron de vuelta a Lila de su propio olvido. La casa se pobló de ojos que traían en sus manos sonidos de futuro. Los ojos eran del color de países lejanos, y amarraban en ellos la esencia verde y azul de sus ancestros. Los ojos sacudieron las entrañas de Lila, pusieron un corazón de pájaro a latir en su sangre y una tempestad remota a navegar en su pecho.
Y entonces fue el estallido.
Lila escuchó vio supo, con luminosa certeza, que esos ojos la verían para siempre, cuando después de mañanas amarillas o noches de malos sueños, la rescataran redescubriéndola desde un espejo todavía inexistente.
El prodigio estaba hecho.
Entonces
................Lila
......................cruzó
...............................su bolso
.............................................en bandolera
..................................................................y salió.
Ese día, fueron los malos sueños los que la acompañaron. Amantes persistentes, incansables, la rondaron todas las horas, regalándole tristeza. Lila se había perdido.
Extasiada en su dolor, vagó por su casa abandonada, abriendo recuerdos y cerrando ventanas, provocando incendios sobre páginas amadas y lloviendo el patio con su llanto inacabable. Desaparecieron las casas vecinas, las calles escarchadas de sol; desapareció la ciudad toda.Sobre el final, Lila sintió un roce en su hombro y las campanas de una voz de niña. Lila había desaparecido. Sólo quedaba de ella el aroma de jazmín y un suave, débil aleteo de pétalos que siguieron su sombra y se acostaron en su cama.
Fue entonces cuando llegaron.
Un rumor de voces elevó los pétalos, cerró los recuerdos y abrió las ventanas. Fueron las voces las que trajeron de vuelta a Lila de su propio olvido. La casa se pobló de ojos que traían en sus manos sonidos de futuro. Los ojos eran del color de países lejanos, y amarraban en ellos la esencia verde y azul de sus ancestros. Los ojos sacudieron las entrañas de Lila, pusieron un corazón de pájaro a latir en su sangre y una tempestad remota a navegar en su pecho.
Y entonces fue el estallido.
Lila escuchó vio supo, con luminosa certeza, que esos ojos la verían para siempre, cuando después de mañanas amarillas o noches de malos sueños, la rescataran redescubriéndola desde un espejo todavía inexistente.
El prodigio estaba hecho.
Entonces
................Lila
......................cruzó
...............................su bolso
.............................................en bandolera
..................................................................y salió.