Hoy hace frío. El viento del mar se desliza por las calles y aplasta sus manos en puertas y ventanas. La maleza no es más que brazos secos trepando las paredes de la casa de Lila.
Nunca más la vi, y Milton desapareció hace tiempo. Ella se fue otra vez, me dijeron.
Al volver de la calle, al amanecer, todas las estrellas sacudieron mi cabeza.
Había luz, una pequeña, mínima luz, en una de las ventanas de la casa vecina.
foto* Berenika
Nunca más la vi, y Milton desapareció hace tiempo. Ella se fue otra vez, me dijeron.
Al volver de la calle, al amanecer, todas las estrellas sacudieron mi cabeza.
Había luz, una pequeña, mínima luz, en una de las ventanas de la casa vecina.
foto* Berenika