domingo, 25 de octubre de 2009

Lila, en la mirada de los otros* cap.XI (final)



Cuando la madrugada despertó en mi ventana y entró a mi cuarto desparramando hojas y enroscando vientos, salí del rincón en el que había pasado la noche. No estaba ya sordo, ni ciego, ni mudo. Pero no importaba. Estaba vacío de mí.
Salí, no sé por qué, y caminé por las calles que llevaban al mar. En una esquina me adelantó una mujer. Iba arropada, caminaba rápido, por sobre el cuello de su abrigo asomaba una chispa de pañuelo azul turquesa.
Llegando al centro se perdió entre la gente, yo seguí avanzando sobre adoquines brillantes de sal, buscando el camino del mar.
Llegué a una esquina y allí estaba, detenida.




Giró sobre sus pies y me vio. Su pelo revoloteó y acarició su cara salpicada de miel. Me miró. Por primera vez Lila me miró. Sus ojos dieron en mis ojos.
Y me sonrió.


foto*Berenika